Alto Aragón

El arte crítico de Jorge Isla: capitalismo y deshecho humano

El artista oscense nos explica la relación entre sus obras y los estímulos que tiene con la sociedad

El artista oscense Jorge Isla
Jorge Isla en la exposición Arte Joven de Logroño
Pablo Alvira Fuertes Alvira Fuertes
16 julio 2021

Jorge Isla (Huesca, 1992) fue uno de los becados de A3RTE, la primera aceleradora de arte en Aragón. El objetivo es avivar la siguiente generación de artistas y despertar la chispa del arte en Aragón. Recién salido de JustMad, la feria internacional de arte emergente nos explica la línea de sus obras y la relación que guardan con sus estímulos. En la bodega ENATE de Salas Bajas se puede ver hasta el 30 de septiembre su trabajo llamado Raíces y cables.

«Cuando me propusieron hacerla para la bodega, me pareció buena idea recoger cepas de vid de una viña abandonada. Esto para mí es un problema porque se abandona un tipo de uva y una forma de trabajar que no se volverá a recuperar con el paso del tiempo. Esa muerte tiene un valor muy simbólico porque se pierde una cualidad», explica el artista. En ese sentido, y ya que casi todas sus obras giran en torno al capitalismo y al deshecho humano «porque –asume– es lo que me ha tocado vivir». Mezcló esa «naturaleza tan pura» con la tecnología, en este caso con la pantalla de los móviles.

Marketing y refranes

Lo asemeja al refrán popular: ‘Que el árbol no te deje ver el bosque’. «Durante el confinamiento, debido a la gran cantidad de pedidos online, los repartidores se subían a la copas de los árboles. Cuanto más alto está gana microsegundos. El objetivo era que las alertas les llegasen a ellos antes y así ganar más dinero. Es decir, los repartidores están en una precariedad absoluta y se juegan la vida, quería plasmar esa paradoja del s. XXI», señala. Se inspiró también en las tiendas de reparación de pantallas de móviles y sus escaparates.

«Exhibo algunas cuestiones que pueden pasar desapercibidas»

Jorge Isla

«Cuando llegué a Bilbao me llamó la atención la cantidad que había en los escaparates. Para ellos eso es marketing: el que más tenga es el que mejor lo hace», afirma. Confiesa que, como a muchas personas, cada lunes recibe un mensaje donde le indican el tiempo medio de uso semanal del teléfono móvil, «y nunca baja de las cuatro horas». «Son estímulos que tengo. Hago una crítica de eso pero soy el primero que los usa. No critico el uso de la tecnología, sino cómo al romperse la pantalla del móvil rápidamente vamos a cambiarla con todo lo que supone para el medio ambiente. Porque las pantallas me las dan las tiendas pequeñas sin políticas de reciclaje«, declara.

Proyectos

Actualmente, el arte del oscense Jorge Isla está embarcado en dos proyectos. El primero sobre una ley creada en 1911 en Bilbao para paliar los problemas de vivienda debido a la industrialización. Se construyó un tipo de vivienda social que, por entonces, estaba en la periferia. La capital vasca ha crecido hasta el punto de que ahora esas casas están casi en el centro de la ciudad. «Antes se vendían a 13.000 pesetas  y ahora por cerca de 300.000 euros. Me choca cómo se especula con un terreno que, en teoría, eran viviendas obreras», confiesa Isla, explicando que su trabajo consiste en vincular la construcción contemporánea con estas viviendas.

El segundo proyecto va dirigido sobre el ‘Mukbang’. Es una grabación de vídeo donde una persona, normalmente oriental, come grandes cantidades de comida lentamente, mientras chatea en línea con la audiencia. Fue creado para sustituir, de alguna manera, la soledad que sufren las personas en las largas jornadas laborales en las que comen delante del ordenador. «Generan un tipo de estímulo que es el ASMR, que consigue un efecto espejo. Ellos hacen ruidos que siempre te han dicho que no hagas, como sorber, masticar con la boca abierta, rasgar, etc. Todos mis trabajos se basan en subvertir la realidad», detalla.

«Hago obras sobre el deshecho humano porque es lo que me ha tocado vivir»

Jorge Isla

Panorama artístico español

Volviendo al refrán popular, Isla quiere que los espectadores se paren a pensar y reflexionar cuando vean sus piezas. «Exhibo según qué cuestiones que pueden pasar desapercibidas. La gente puede pensar que las pantallas se reciclan pero no es así. No soy una persona diciendo que mis obras hablan por sí solas porque necesito estar apoyado de un texto que explique el contexto», manifiesta explicando el tipo de arte que lleva a cabo Jorge Isla.

Isla asegura estar sorprendido con el área artística española. Tras la pandemia todas las comunidades autónomas han apoyado a artistas y galerías de exposición. «Si se siguen haciendo ferias parece que hay ganas de coleccionismo. En España hay un nivel artístico fuerte pero por diferentes cosas nos van frenando, como con la tasa de autónomos», concluye consciente del potencial español en las galerías de arte europeas. 

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