Las raíces paternas de Javier Olivera se sitúan en Naval. Por este motivo, al comienzo de su conferencia confesó sentirse «abrumado porque siempre me cuesta más jugar en casa y en Barbastro me siento en familia. Siempre es una responsabilidad». A su vez, recordó que su primera plaza como psiquiatra lo llevó hasta el hospital de la capital del Vero. Recientemente, el Gobierno de Aragón distinguió a Olivera por su trayectoria en los I Premios HumanizAR y CuidAR.
Las emociones, ¿las grandes desconocidas?
Nuestras emociones provienen de nuestros antepasados y somos esclavos de ellas porque se necesitaban para sobrevivir. Y nosotros, los humanos, aparecimos relativamente hace poco, por eso quedan vestigios tanto de nuestros predecesores como de los animales. Por ejemplo, el miedo a las ratas que transmitían epidemias o el síndrome del anochecer. Cuando se va el sol, tanto las personas con demencia como los niños se ponen inquietos, ¿por qué? Por el miedo a la llegada de la noche y los peligros que esta traía consigo.
Emotio, en latín, significa movimiento, impulso, esto es, aquello que te mueve hacia. Por tanto debemos tener claro que las emociones nos dirigen a algo. También debemos comprender que son respuestas fisiológicas, es decir, inevitables y automáticas. Además, si nos las tragamos, el cuerpo habla. Por lo que cuidado con el excesivo control de estas.
Dice que son universales.
Los jóvenes se comunican con emoticonos. Tú envías un emoticono a cualquier parte del mundo y aunque no conozcas el idioma que se habla allí, lo entienden. El idioma emocional es universal. En cualquier país o lugar por recóndito que sea, si sonríes, seguramente te respondan con otra sonrisa.
También las necesitamos para sobrevivir.
Las emociones básicas: la alegría, la tristeza, el miedo, la cólera o la rabia, la sorpresa y el asco. De estas seis, solo una es positiva porque protegen más las negativas por su capacidad de poder salvarte la vida. Por ejemplo, yo he venido hasta aquí tranquilamente, pero si me hubiera pasado algo, como que se me cruzara un jabalí, lo recordaría el próximo día cuando recorriera ese tramo. El miedo ha permitido la supervivencia. La vida ha avanzado gracias a los valientes. Imagina el primero que se subió y voló con un autogiro. No obstante, la especie ha sobrevivido gracias a los cobardes porque temen de todo y se quedan en casa.
Bromea con el bótox.
Las emociones se expresan fundamentalmente con las caras, ¿qué va a pasar con el bótox? Nos vamos hacia un mundo de gente guapa, pero inexpresiva. Y eso se nota mucho porque genera rechazo. Nuestra cabeza no está preparada. Uno puede ser muy guapo, pero si no existe expresión emocional, no existe atracción.
Recientemente se añadieron dos emociones más.
El amor y la vergüenza. Esta última cobra importancia porque uno de los peores momentos de las personas con demencia suele ser el aseo. Los cuidadores lo vemos con naturalidad. Pero ellos ven que los desnudan y eso les da vergüenza. Este hecho nos remonta a la tradición cristiana, a Adán y Eva, el pecado. Así que esta persona no ve que se va a limpiar, ve que se encuentra desnudo.
Y las emociones derivan en los pensamientos.
Las emociones van asociadas a algo superior, a los sentimientos. Y así se crean los pensamientos. Pero lo más primitivo e inconsciente, las emociones. Por eso las primeras impresiones cobran tanta importancia. La suma de las emociones (inconsciente) y de los sentimientos (consciente) iguala a los pensamientos (racional). Esto nos diferencia un poco de los animales. Para ejemplificar esta explicación utilizo los huevos de «gallinas felices». Nosotros comemos huevos de gallinas alegres, no felices.
Las emociones y el alzhéimer.
En esta enfermedad lo primero que se afecta es el cerebro racional, por lo que se trata de una enfermedad cortical, de la corteza cerebral. Allí se guardan los recuerdos y el razonamiento. Este cerebro se desarrolla hasta los veintitantos años, por eso las emociones dominan a los adolescentes, porque su corteza cerebral todavía no ha madurado al completo. Con la demencia las emociones surgen a flor de piel. La razón no consigue controlar la emoción. La inteligencia emocional no les funciona. Por eso el alzhéimer puede con la memoria, pero no con las emociones.
¿Consejo para los cuidadores?
Que trabajen con las emociones, con los sonidos (música), el olfato, el gusto, el tacto… Incluso las luces. También debemos prestar especial atención al tono emocional porque lo perciben más que las caras, aunque estas también son importantes. Existe mucha diferencia entre acercarse a ellos con una sonrisa y un tono agradable que con ira y gritos.