Somontano

Jesús Pérez: «Echamos de menos trabajos científicos en el premio Lacambra»

Hasta el 31 de diciembre el Foro B21 recibe las propuestas que optan a ganar la segunda edición del premio Mariano Lacambra

El docente e investigador Pérez en la Universidad de Zaragoza. Foto: S.E.
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
17 diciembre 2025

Jesús Pérez se doctoró en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza. Tras realizar una estancia postdoctoral en la Universidad de Oxford, se reincorporó a la de Zaragoza donde es Catedrático de Química Inorgánica y desarrolla su actividad de investigación y docencia. A su vez, es co-autor de más de 100 trabajos de investigación. Por otro lado, forma parte del jurado del premio Mariano Lacambra que promueve el Foro B21. Este año admiten trabajos hasta el 31 de diciembre. 

¿De dónde surge este premio?

El Foro B21 consiste en una asociación participativa y en su logo aparece el concepto de ideando el futuro. Uno de los objetivos de esta entidad se centra en promover acciones de dinamización, tales como esta. 

Este premio pivota entre tres: el foro, los estudiantes que presentan sus trabajo y nuestro patrocinador Julián Mairal. El galardón busca reconocer y dar visibilidad a los mejores trabajos de fin de grado que tengan un impacto social, cultural y económico en el Somontano y su área de influencia.  Queremos reconocer iniciativas que destaquen por su calidad, pero que también contribuyan de manera significativa a la proyección de nuestro territorio.

¿Y por qué el nombre de Mariano Lacambra? 

La figura de Lacambra nos cautivó a todos. Pocos conocen a este barbastrense que vivió a finales del siglo XIX y desarrolló su actividad a principios del siglo XX. Se trata de un personaje muy polifacético; constructor, empresario, promotor, editor, mentor. Por lo que además de honrar su memoria, pensamos que podía servir de referente y estímulo para que los estudiantes desarrollen su trabajo.

En la primera edición de este premio resaltaron la calidad de las propuestas presentadas.

Recibimos una decena de trabajos enfocados en varias áreas de conocimiento como las artes y humanidades, ciencias sociales, ingeniería y arquitectura, entre otros. Otorgamos un premio, pero la calidad de los trabajos nos llevó a dar un accésit. 

También queremos señalar que parece que los trabajos deben centrarse en el Somontano y aunque en las bases de la convocatoria se amplía a su área de influencia, existen estudios en áreas de conocimiento que a lo mejor no se centran en esta zona, pero que pueden aplicarse también aquí. Por lo que la idea es expandir un poco las temáticas, la tipología y las áreas de conocimiento de las propuestas que se puedan enviar.

¿Qué tipo de trabajos se encontraron?

Recibimos proyectos de tipologías muy variadas, fundamentalmente del área social, económica y cultural y echamos de menos de las áreas científicas. La ciencia, a priori, parece que no conecta bien con el desarrollo del territorio directamente, pero sí indirectamente. Por lo que aunque los trabajos en áreas científicas son como son, en la carta de valoración del mismo siempre pueden focalizar el contenido del trabajo en cuál podría ser su proyección y buscar conexiones. 

Juan Plana ganó la primera edición, ¿qué destacan de su propuesta?

En primer lugar, el espíritu emprendedor del proyecto. Este se centra en una explotación agrícola existente de tamaño pequeño que busca ampliar. En segundo lugar, era un estudio muy exhaustivo, rigurosamente presentado con la planificación de las instalaciones, la normativa a aplicar, el funcionamiento, la memoria económica… Y con unos anexos deslumbrantes. Una propuesta que realmente excede a lo que uno cabría esperar para un trabajo de fin de grado. 

Usted, en parte, se dedica a la investigación, ¿cómo se encuentra este ámbito en España?

El cuello de botella, siempre la financiación. En España no existe una financiación estable y funcionamos con presupuestos prorrogados. Aunque desde el punto de vista de la maquinaria administrativa la situación se encuentra bien engrasada, faltan recursos. Aunque ahora, por ejemplo, existen fondos europeos para financiar proyectos de investigación, pero a veces resulta complicado acceder a este dinero porque los trámites administrativos cuentan con su complejidad. Además, debido a esta escasez, también se vuelve muy competitivo y el nivel de éxito de muchas convocatorias es bajo. 

¿Los alumnos llegan preparados a la universidad?

La pandemia impactó bastante y observamos que el nivel medio de aquellos que la sufrieron disminuye un poco, pero nada que no se pueda superar con trabajo, esfuerzo y dedicación. No obstante, se deberían introducir las nuevas tecnologías en los métodos docentes para facilitar el aprendizaje.

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