Cascada de dimisiones en el pleno de Azlor que se ha celebrado esta mañana. Renuncian a su cargo el concejal de Ciudadanos, Carlos Ballabriga, y el del Partido Popular, Raúl Jordán. La alcaldesa, Montse Galindo, ha avisado de su renuncia, que no hará efectiva hasta que finalicen algunas obras que se encuentran empezadas.
Todas estas dimisiones han tenido lugar en el pleno ordinario del Ayuntamiento de Azlor, en el que el tema estrella ha sido el proyecto de instalar una planta de biogás en la localidad. Galindo explica que uno de los primeros puntos ha sido revocar la declaración de interés social que se había otorgado a la empresa. Además, tanto el resto de concejales como el público asistente han conocido de primera mano las explicaciones que ya dio a través de la prensa tras la manifestación del domingo 29 de junio.
«Mañana, en un pleno extraordinario de urgencia, se harán efectivas las dimisiones de los dos concejales», explica la alcaldesa de Azlor. La suya la pospone para «no paralizar el ayuntamiento». En ese momento, se abrirá el proceso con la Junta Electoral Central, que debe avisar a los siguientes candidatos más votados en las elecciones municipales de 2023.
«Se quedaron tres fuera y tendrán que llamar a los tres cuando yo dimita», relata. Estas dimisiones en Azlor conllevaran un vuelco en la composición de la corporación municipal. De dos concejales por Ciudadanos, uno por el PAR y otro por el PSOE llegarán a ser, si se completa el proceso, tres por el PSOE, uno por el PAR y otro por CHA.
Dimisiones por la planta de biogás en Azlor
Los motivos para las dimisiones (que los concejales ya habían presentado por escrito) llegan por la contestación social que ha habido al proyecto de una planta de biogás entre Azlor y Abiego. «Ha sido un movimiento político para romper el Ayuntamiento», denuncia la aún alcaldesa, Montse Galindo. «Hemos demostrado que no había nada ilegal en lo que hemos hecho, que todos los pasos dados estaban bien», indica.
Estos pasos fueron el urbanístico (trámite para determinar si había algún problema de tipo urbanístico con la ubicación) y la citada declaración de interés social que ahora se ha revocado. Aunque este documento se remitió a la empresa y esta explicó que no requería de él. El proyecto de la instalación se encuentra en el INAGA.
«El INAGA, cuando abre el expediente, pide información al Ayuntamiento, que puede negarse por oposición vecinal o por molestias», explica Galindo. Pero, añade, «no hemos llegado a este punto y no hemos hecho nada diferente a lo que se hizo en 2012». Aquel año también se tramitó un proyecto que terminó rechazando el INAGA.
«Ha habido efecto de teléfono roto y no me compensa seguir en política cuando se ha roto la confianza», reflexiona Montse Galindo ante las dimisiones que se han dado en el pleno de Azlor.
Un pleno en el que la alcaldesa ha repasado esas obras pendientes, a cuya finalización va a esperar para hacer efectiva su dimisión.