Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

Déjate querer, déjate ayudar

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
25 mayo 2025

El domingo celebraremos la Pascua del Enfermo en el marco excepcional del Jubileo de la Esperanza 2025, “Peregrinos de esperanza”. Esta coincidencia no es casual: la enfermedad, el dolor y la muerte solo pueden vivirse plenamente desde la esperanza que brota de Cristo resucitado. El sufrimiento puede convertirse en un verdadero camino de gracia. Nos lo recuerda el papa Francisco: la vejez y la enfermedad revelan el límite humano, pero también la ternura de Dios, que no nos abandona. “El mundo no será mejor cuando esté compuesto solo por personas aparentemente ‘perfectas’, dice, sino cuando crezca la solidaridad entre los seres humanos”.

En nuestra diócesis, la Pastoral de la Salud, integrada en la Delegación de Caridad, cuenta en cada unidad pastoral con un equipo de colaboradores que, coordinados por el sacerdote y un responsable seglar, visitan, atienden, acompañan, sostienen y celebran la fe con las personas mayores o enfermas, tanto en domicilios como en residencias o en el Hospital.

A través de la Campaña del Enfermo 2025 se nos invita a abrir “los oídos del corazón” para escuchar el clamor de los enfermos, de sus cuidadores, de los que están solos o en duelo. Ellos no son una carga: son presencia viva de Cristo crucificado y resucitado. Tienen una dignidad inalienable y una misión en medio del Pueblo de Dios.

“Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren, y no es capaz de contribuir con compasión a soportar su dolor, es una sociedad cruel e inhumana”, nos dijo Benedicto XVI. Necesitamos aprender de quienes sufren, que muchas veces tienen más fe, más paciencia y más esperanza que los sanos. La Pascua del Enfermo es una llamada a vivir la caridad como comunión y a incrementar el grupo de personas voluntarias que visitan o acompañan a ancianos y enfermos. A todos los enfermos, a quienes los cuidan con amor y a cuantos los acompañan pastoralmente, queremos decirles con humildad y firmeza: ¡No estáis solos! ¡Dios camina con vosotros! Y con vosotros, también, nuestra Diócesis de Barbastro-Monzón.

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