Los sentidos se acostumbran. Una situación cotidiana, que vemos, oímos, sentimos cada día termina por hacerse familiar y los sentidos, en cierto modo, “desconectan”. Como consecuencia, deja de percibirse dicha situación y, en apariencia, pierde importancia para nuestra consciencia. Hasta que se produce un cambio y, entonces, se vuelve a activar nuestro cerebro y podemos llegar a pensar: ¡Pero qué mal se veía esto! ¡Cómo hemos aguantado!
Una de esas situaciones podía conformarla el estado de las marcas viales de Barbastro. Al pasar día a día por pasos de cebra o pararnos en un stop conocido, se respetan por costumbre, a pesar de estar tan descoloridos… Y ahora, ahora que lucen con la pintura nueva, llega la reflexión de la necesidad de esta actuación.
Una necesidad que resulta periódica. Cada x tiempo las marcas viales deben pintarse de nuevo para que sigan cumpliendo su función y no las respetemos por simple rutina. Por eso, como hemos reclamado en innumerables ocasiones, resulta incomprensible que no se planifiquen con suficiente tiempo.
Ocurre algo similar con el mantenimiento de las carreteras. Cierto que nos encontramos en una provincia, en una comunidad, de una gran extensión. Y con múltiples núcleos de población habitados. Pero resulta chocante que existan carreteras que parecen un circuito de rally de montaña: baches, asfalto levantado, sin vallas de protección ni marcas viales… Requieren una actuación urgente y una planificación para su mantenimiento.
Así se escenificó el fin de semana pasado en Morilla. Sus vecinos, tirando de humor, marcharon con sus hijos y sus tractores de juguete por la carretera, mostrando su lamentable estado. Y advirtiendo ya a los menores de los peligros que entraña esta carretera, de titularidad provincial. Un humor que no tapa esta realidad y las fotografías que plasmaron poseen un trasfondo muy serio.
Se entiende que los recursos son los que son, pero, una vez más, ¿dónde queda la planificación? Este año unas vías, al que viene otras, al siguiente otras… y habrá que volver a empezar el ciclo, porque las primeras necesitarán de nuevo un repaso. No porque nos acostumbremos a una situación significa que todo esté bien.







