Barbastro

Rubén Soler: «Con independencia de la época, la esencia de Decoyba permanece»

Tras los hermanos Alejandro y Luis Soler Mur, Rubén Soler Sanz toma el relevo de esta empresa de servicios en reformas y cocinas

Rubén Soler y Luis Soler en Decoyba, una empresa que continúa. Foto: S.E.
Lola Gª Casanova
20 noviembre 2023

Cuenta Luis Soler, de Decoyba, que de no haber continuado su hijo, se habría retirado con 65 años. Pero en este caso, ha continuado trabajando junto a él para realizar una transición paulatina. «Ahora, ya ha llegado la hora de mi jubilación».

Aquí se ha producido un traspaso progresivo y prolongado. «Convivir ambas generaciones nos permite empaparnos y pasar un testigo bien planteado», asegura Rubén. «Yo, en mi caso, he cogido lo que funciona muy bien de la marca, esa solera en la que apoyarse. Además, he introducido mi formación como arquitecto técnico y nos hemos adecuado a las nuevas necesidades que nos plantean los clientes y los tiempos».

Para él, tomar el relevo de un negocio no se circunscribe sólo a esperar, sino que también exige dinamismo y ganas por parte de la nueva generación. «Para que haya relevo generacional debe existir una actitud de crecimiento por parte de quien se hace cargo del negocio. Su motivación debe ser de añadir a la empresa, no sólo de mantenimiento. De vivir del legado con el que te has encontrado».

Junto a estos cambios debe perdurar el ADN de la empresa. «Hay que respetar lo esencial, la herencia. En nuestro caso, con independencia de las épocas, nos ha diferenciado la innovación y el trabajo bien hecho». «Cuando fundas una empresa –explica Luis– es como un hijo. Yo, me siento contento de que este negocio continúa bajo la dirección de mi hijo. Las nuevas generaciones están cambiando la forma de trabajar porque cuentan con otras herramientas». 

Entre los desafíos que debe afrontar Decoyba en esta nueva etapa, Soler Sanz señala la dificultad para encontrar personal válido. «Pero la carencia de profesionales se ha extendido a muchos sectores. No se trata de un problema exclusivo». Ellos sufren, en especial, en el apartado de obras como albañilería, fontanería… «No tanto en el tema de trabajo de oficina». 

Y señala la pérdida de la llamada «cultura del esfuerzo» como uno de los principales problemas que amenazan el crecimiento y el mantenimiento de las empresas. «Si ya veo difícil el relevo generacional, en las próximas generaciones se va a complicar más».

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