Acabo de recibir este correo electrónico que, con temor y temblor, me atrevo a compartir con todos los hijos del Alto Aragón oriental, para honrar la fiesta de nuestro patrón, san Ramón:
“Ángel, no te lo vas a creer. Al leer de una sentada el libro de José Antonio Adell, ‘Pugna entre mitras’, me he acordado muchísimo de ti. La similitud, salvando la santidad del protagonista, entre una de las disputas eclesiásticas más relevantes del medievo y la que tú estás librando hoy es sorprendente.
Adell, con su habitual rigor documental y una capacidad narrativa que ya le conocemos, ha sabido rescatar del olvido la figura de san Ramón, obispo de Barbastro-Roda: un hombre de diálogo y firmeza, de fe y estrategia. Su figura, siglos después, sigue iluminando nuestro presente.
Pugna entre mitras nos traslada al siglo XI, cuando san Ramón se enfrenta a la pretensión del obispo de Huesca de incorporar a su dominio la diócesis de Barbastro-Roda. Ramón, lejos de caer en enfrentamientos personales, defiende la independencia de su sede con argumentos teológicos, jurídicos y una visión eclesial realmente reformadora. En su defensa se entremezclan la diplomacia, la fidelidad a Roma y un compromiso pastoral que va mucho más allá de la política eclesiástica.
Para la Diócesis los ciclos históricos se repiten. Las claves que ofrece el propio Adell en su libro son muy elocuentes:
La defensa de la diócesis. San Ramón defendió su diócesis frente a presiones externas con firmeza, pero sin romper. A ti te corresponde y estás haciendo lo mismo. Velar con intensidad, y no sin dificultades, por los bienes, la identidad de la diócesis de Barbastro-Monzón y la dignidad de tu pueblo. Ser, como san Ramón, puente y muro: puente hacia Roma y muro frente a la injerencia.
La visión pastoral. Adell nos presenta a san Ramón no solo como defensor jurídico, sino como pastor comprometido. De igual manera, fruto de tu compromiso con las personas, has impulsado una reestructuración profunda en la diócesis. Has promovido una Iglesia en salida, centrada en la cercanía, la escucha activa, el acompañamiento a los jóvenes, a los pobres y a los alejados, la confianza en los agentes de evangelización. Esa Iglesia sinodal que tanto anhelaba el papa Francisco, y que hoy el Papa León XIV sigue alentando, ya la esbozaba san Ramón y con tu equipo la estáis encarnando hoy con una esperanza creíble.
Espiritualidad y servicio. Quien se siente pastor se sabe siervo. Adell presenta a san Ramón como un hombre de oración, penitencia y humildad. Y quienes te conocemos de verdad, más allá del linchamiento mediático que algunos intentaron, sabemos que tu espiritualidad profunda, enraizada en la Eucaristía y vivida como buen sacerdote operario, es la fuente de tu celo y tu acción apostólica.
‘Pugna entre mitras’ es una llamada a reflexionar sobre el papel del obispo como pastor, como defensor de la comunión y como testigo del Evangelio. Leer este libro, en el contexto jubilar de la Esperanza y bajo tu pastoreo, me llena de paz. Me ayuda a mirar la historia para entender mejor nuestro presente.
Dale las gracias a José Antonio por esta obra que hace justicia a ‘un pastor no al uso’ … y también a vosotros, los que tratáis de seguir construyendo, con fidelidad y esperanza, un nuevo modo de ser Iglesia”.