Barbastro

Margarita Rodríguez: «Cada día aparece un nuevo hallazgo»

La archivera de la Diócesis nos abre las puertas para conocer la historia de los archivos y su dedicación por la conservación y documentación

Margarita Rodríguez
Margarita Rodríguez sujeta el libro del obispo Lanuza
Pablo Alvira Fuertes Alvira Fuertes
23 julio 2021

Asegura Margarita Rodríguez, archivera de la Diócesis Barbastro-Monzón, que su trabajo siempre le sorprende. Aunque es una labor lenta la satisfacción final es impagable. Lo explica con un tono de voz muy emotivo: «Cada día aprendo algo nuevo porque siempre aparece un nuevo hallazgo. Todas las semanas veo que se puede reconstruir un trocito más de la historia, no solo de la Diócesis, sino de los habitantes de la ciudad». Reclama una mayor visibilidad de los archivos, ya que muchos de los locales son los grandes desconocidos. El Diocesano data sus primeros documentos del siglo XII.

Incluso a la hora de investigar –explica– no se acude a lo que son las fuentes primarias. «Es una pena porque no se están utilizando en toda su extensión. A partir de aquí pueden salir investigaciones locales muy interesantes», indica la archivera. La historia de la zona está en auge y se reconstruye desde estos pequeños archivos no tan conocidos. Señala, por ejemplo, un estudio comarcal sobre las políticas matrimoniales o sus costumbres y no han acudido a los dispensarios que existen en el archivo diocesano. Con motivo de las visitas guiadas a un muestrario del obispo Jerónimo Batista de Lanuza, se hizo un gran descubrimiento.

Primer libro impreso en Barbastro

«Al informarme sobre él supe que había tenido un proceso de canonización. Como no lo teníamos catalogado pensé que estaba perdido y no me puse a buscarlo. De repente, mientras preparaba la exposición y ordenaba unos documentos suyos apareció en mis manos el libro que titulaba su proceso de beatificación. Por eso digo que cada día es el más importante, no sabes qué te vas a encontrar mañana. Unos por bonitos, otros por interesantes y otros por raros», añade. Realizaron estas jornadas de puertas abiertas, las cuatro citas completaron el aforo permitido, porque el obispo Batista de Lanuza fue el autor del primer libro impreso en Barbastro.

«Todas las semanas reconstruyo un trocito más de la historia de Barbastro»

Margarita RodríguezArchivera de la Diócesis

Este clérigo era de la orden de los predicadores y una de las personas más preparadas en teología y doctrina. En un contexto donde el concilio de Trento estaba preparando unificar a los sacerdotes en el rezo. «Sus publicaciones sirvieron a todos para predicar. Se imprimieron tres tomos de sus homilías predicables en Cuaresma y se tradujeron al francés y latín por su gran éxito. Es una figura muy especial de la Diócesis, tenemos muchos sellos suyos guardados», insiste la archivera de la Diócesis.

Obispo Abad y Lasierra

En los 434 metros lineales ocupados en las estanterías del archivo diocesano, 115 metros cuadrados, hay guardado un fondo muy interesante del obispo Abad y Lasierra, un gran defensor de la abolición del esclavismo en Latinoamérica. Se trata de una documentación recogida durante su viaje a Puerto Rico. «Lo trajo aquí en 1790 y se mantiene tal cual. Él era un humanista muy en contra de la esclavitud, estaba mal visto por la iglesia porque era muy avanzado a su época. Se fue a las colonias enviado por el Rey para investigar la situación en general. Hizo trabajos de cartografía, recopiló documentos sobre la producción del cacao y completó mucha información sobre las rutas comerciales que ahí se llevaban a cabo», señala.

Rodríguez custodia una cantidad de documentos con un valor histórico incuestionable. El método de conservación con el que cuidan cada archivo es con papel pH neutro para impedir la proliferación de hongos e insectos. «Durante la Guerra Civil sufrieron muchísimo. Lo amontonaron para quemarlo pero por miedo a que se propagase por la ciudad, lo apagaron y taparon con una lona. Se quedó así hasta el año 50 expuesto a roedores, a la humedad y cambios de temperatura. A partir de ahí hubo gente muy dedicada que comenzó a archivarlo desde cero», explica.

Este archivo diocesano ha pasado «por muchos avatares», ya que se encuentra entre dos Diócesis muy potentes, como son la de Huesca y la de Lleida, indica la archivera. Ha estado siempre en disputa e incluso han llegado a desaparecer documentos. Desde libros y enciclopedias hasta cartas y papeles firmas por altos cargos de la iglesia, guarda Rodríguez en las estanterías. Así, se entiende mejor la historia y la vida de la ciudad y se accede a la memoria de los que antes habitaron en Barbastro.

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