Benasque conoció la reestructuración de la Diócesis de Barbastro-Monzón. El Obispado de Barbastro-Monzón y la Unidad Pastoral de Benasque presentaron la organización pastoral y geográfica de la diócesis. Ahora se articula el territorio en ocho unidades pastorales (UP). Se busca que a todos llegue «el pan de la Eucaristía, el pan de la Palabra y la ternura de Dios». Con el desafío territorial y demográfico, la Iglesia diocesana pone los medios para ser más misionera, sinodal y corresponsable, con el objetivo central de «que nadie se pierda».
Acto en Benasque
El Palacio de los Condes de la Ribagorza de Benasque acogió el acto público. Acudieron fieles llegados de muchos pueblos, desde Montanuy, Castanesas y Noales hasta Anciles. A todos se dio a conocer la estructura y los equipos de trabajo que liderarán esta renovación. Un proceso iniciado por el obispo, Mons. Ángel Pérez Pueyo. Este, mostrando unas matrioskas rusas, explicó a los presentes de qué manera la unidad pastoral es el reflejo de la organización diocesana en las delegaciones de Anuncio, Celebración y Caridad.
El moderador de la Unidad Pastoral de Benasque, Edbin Rubiano, presentó el trabajo del Consejo. Lo forman los sacerdotes Luis Parada y José Luis Pueyo junto a los laicos José Cristóbal Barrabés Cónsul y Mari Paz Estop Millaruelo. Además de Charo Toribio Rojano y Elisa Quintillá Guardia.
La presentación contó con los testimonios de Barrabés y Estop, ambos animadores. Llamaron a los presentes a dar un paso adelante y unirse a su misión. Por parte de Cáritas, Charo Toribio repasó la actividad que realizan, muy ligada a la afluencia de turistas en verano, y que supone una buena ayuda para los productos de Comercio Justo.
La Diócesis también ha delineado una reestructuración en el ámbito de la gestión. Se abordó la profesionalización de la curia que apoya a las unidades en todas sus tareas. También las relativas a obras, compras y ventas, o las cuentas parroquiales.
Importante es también el patrimonio y garantizar su sostenimiento. Como ejemplo de colaboración, se citó la actuación en la Iglesia de Aneto. Con un coste de €123.900,19, de los cuales el consistorio de Montanuy aportó €74.340,11.
Enclavada en el Arciprestazgo Sobrarbe-Ribagorza, esta unidad es un claro ejemplo del desafío geográfico. Y de la necesidad de garantizar la celebración de los sacramentos o las fiestas patronales en todos sus núcleos. Para ello, una vez al mes se reúnen los sacerdotes con los animadores: realizan la programación mensual, priorizando estar presentes los sábados por la mañana en los pueblos más pequeños y llegar a los puntos más lejanos.