Hace cuatro años, la entonces concejal de Cultura, Blanca Galindo, tuvo la feliz idea de ensalzar como se merece el reconocido Certamen Literario de Barbastro. Así surgió el festival Barbitania, que este 2025 cumple su cuarta edición. Con esta cita, la ciudad queda inundada con una amplísima y cuidada agenda en la que casi resulta imposible no cruzarse con un literato por la calle. En este sentido, objetivo cumplido.
Con tres años a sus espaldas, Barbitania se enfrenta a ahora a algunos retos. El primero de ellos, no fagocitar al ser de su existencia: el Certamen Literario. El fallo de los premios forma parte de su programa, pero la nutrida propuesta de actividades pone en riesgo que el principal motivo por el que existe el festival literario pierda protagonismo. No sería justo que el renombre del Ciudad de Barbastro y el Hermanos Argensola, con más de medio siglo de vida a sus espaldas, se diluyeran en la intensidad del festival literario.
El siguiente reto pasa por diversificar el plantel de escritores que acuden a Barbastro cada año. La movilidad dentro de los jurados se ha tenido en cuenta a lo largo de la trayectoria del Certamen. Ahora, sin abandonar los nombres que se considere que deben permanecer cada año, los esfuerzos se deben centrar en contactar y conseguir que exista más variedad.
Somos conscientes de la complejidad de esta propuesta. Barbitania se erige como un festival joven que, seguro, dispone de margen para la mejora y el asentamiento en el calendario anual de citas literarias. El Ayuntamiento de Barbastro ha apostado de manera firme por convertirse en referencia cultural y eso implica abarcar el mayor arco posible de sensibilidades literarias.
Ahora, mientras iniciamos la cuenta atrás hacia la cuarta edición del festival Barbitania, que comienza el próximo jueves 15 de mayo, cabe subrayar el enorme esfuerzo humano que realizan los trabajadores municipales para lograr los retos apuntados.