Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

Antropología cuaresmal (II)

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
05 marzo 2023

La “matriz cultural” de nuestra sociedad, lo queramos o no, es de productores y consumidores. Y esta cultura dominante constituye un proyecto de realización y felicidad, que nos desorienta y deshumaniza, caracterizada por:

  • El individualismo: buscar cada uno su propio interés y conveniencia produciéndose una competencia y disolución en las relaciones sociales.
  • El hedonismo-consumismo: pensar que la felicidad consiste en buscar en todo momento lo que te gusta creyendo que lo que nos realiza es el consumo incesante de bienes.
  • El relativismo y el subjetivismo: no existen valores universales, cada uno se constituye en norma de moralidad. El imperio del propio interés se considera como signo de libertad.
  • El secularismo: vivir en la práctica como si Dios y los otros no existieran.

Los cristianos creemos que existen otras propuestas de realización personal, otra forma de sentir, de pensar y de actuar que producen libertad y felicidad. La “matriz cultural” de la antropología cristiana tiene estos rasgos fundamentales:

  • La comunión: aunque seamos singulares, no somos individuos aislados, sino personas sociales-comunitarias. Nuestra humanidad se realiza en la comunión interpersonal y social con los demás y con Dios. Buscar cada uno el interés de los demás es lo que realmente nos humaniza y plenifica.
  • El servicio: no somos personas creadas para competir, sino para colaborar por una existencia digna para todos. El camino de la felicidad es poner la vida al servicio de los demás para que todos puedan vivir.
  • La dignidad humana y la libertad: los cristianos creemos que existe una “VERDAD” sobre el ser humano. Nuestra libertad consiste en buscar juntos la verdad aunque seamos diferentes o pensemos distinto. Los otros son el criterio fundamental de la moralidad personal y social: especialmente los empobrecidos o los más desfavorecidos.

Hijos y hermanos: todos formamos una única y misma familia. Somos parte de un proyecto común que podemos construir juntos desde nuestra libertad. Reconocer esto es lo que más nos dignifica y humaniza.

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