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Manolo Garrido Al levantar la vista
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Antonio Latorre, una ciudad que sabe querer

Manolo Garrido Al levantar la vista
14 noviembre 2022

Tuve la suerte de participar en el homenaje sorpresa que desde el Área de Cultura del Ayuntamiento de Barbastro le dedicó el sábado 29 de octubre a un grande de nuestra ciudad, como es el artista y amigo Antonio Latorre. La disculpa fue la presentación de su CD Cantares de mi Aragón, que viene a culminar su rica antología tras 65 años de trayectoria, tras su debut en 1956 en el Teatro Principal.

Fue un sábado intenso, lleno de emociones, con un homenaje muy bien preparado y ejecutado, dirigido por el cariño y la profesionalidad. Yo me encontraba en casa, sorprendido quizá no, pero sí agradecido a una ciudad que sabe querer y demostrar su cariño, con elegancia, con generosidad de tiempo, y a la vez con sencillez, sin aparato.

El auditorio del Centro de Congresos se llenó de presencias físicas pero también de muchos que hicieron llegar su adhesión a través de mensajes muy cuidados y elaborados. Con su querida familia, Antonio tuvo una merecida jornada de agradecimiento, a la que se sumó la firma en el libro de oro del Ayuntamiento, con la presencia de los medios de comunicación locales, de nuevo en primera línea.

Tan polifacético como Antonio fueron las intervenciones. Paco Mendoza, José Antonio Escudero, Luis Cosculluela, Manuel Ollé, Inés Plana, los hermanos Moreno Gistaín, David Lafuente y Carlos Herrera, en audios y videos. Silvia Solans estuvo magistral y seguimos Romano Enrique, Silvia Peropadre y Tradiciones, en directo.

Una fiesta para los de casa y para tantos a quienes Antonio ha sido un extraordinario embajador. Se ha escrito estos días que entre los embajadores de Barbastro, al trabajo artístico de Antonio se suman los vinos y el tomate rosa. Por eso me alegra y me hace ilusión asistir al tercer salón de vinos que la Denominación de Origen Somontano hará el próximo 21 en Madrid con la participación de 17 bodegas y la Ruta del Vino.

Los que vivimos entre Madrid y Barbastro podemos dar fe del afecto de Antonio a las raíces, de su promoción constante de lo barbastrino. Puede pensarse que estoy exagerando, pero pienso que la nobleza de una tierra y de sus ciudadanos es saber ser agradecidos y celebrar las cosas buenas que la vida y la convivencia diaria nos brindan. Y si sufrimos con la familia de Antonio en su gran pena ahora nos alegramos y agradecemos su alegría y homenaje.

Espero que pronto podamos juntarnos de nuevo en Madrid gracias a los desvelos del amigo David Lafuente, que nos hace revivir y sumar, compartiendo lo que nos une –el cariño a Barbastro– por encima de las diversas procedencias de cada uno. Qué buena oportunidad para dejar de lado diferencias que al final son tan lícitas como irrelevantes a la hora de disfrutar de lo común. Por eso el homenaje a Antonio me parece no sólo oportuno sino lleno de un simbolismo que conviene resaltar y repetir.

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