El pasado lunes alrededor de 280 alumnos de infantil y primaria acudían al puente del río Ara a colocar adornos preparados en clase. La iniciativa parte de la AMYPA del centro y ha consistido en la elaboración de dibujos sobre láminas de madera. Previamente se han perforado para ponerles una cuerda y atar los medallones resultantes en la barandilla del río.
La madera empleada procede de troncos caídos en las inmediaciones del pantano de Mediano. Tal y como explica Marta Chéliz, de AMYPA, “buscábamos una manera lo más sostenible posible de conmemorar estas fechas. Entregamos el material a un carpintero local para que los cortase y cada curso ha hecho sus propios diseños”. Los más pequeños, caras de muñecos de nieve; los más mayores árboles de navidad, renos, pingüinos o letras adornadas con algodón, purpurina y almohadillas de colores.
La propuesta pretende dinamizar la vida del centro en unos días en los que tradicionalmente se preparaba una fiesta navideña. Esta vez y por segundo año consecutivo a causa de la pandemia no habrá fiesta. “Por eso hemos pensado que la mejor forma de celebrar era sacar la Navidad de la propia escuela. Y disfrutar de los trabajos realizados más allá de las aulas”, apuntan desde AMYPA del Asunción Pañart.
Por su parte Carlota Dorado, concejala de educación del Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe, felicita a los artistas y anima a que “tanto sus familiares y amigos como los turistas que nos visiten se dejen sorprender contemplando el extenso catálogo de dibujos que con tanto cariño han preparado. Estamos muy agradecidos por la colaboración de todo el alumnado. y Convencidos de que el puente del río Ara será estas semanas un lugar de paso fundamental”.
Papá Noel visita el Colegio Asunción Pañart
La programación navideña escolar concluía este martes a mediodía con la visita de Papá Noel al patio del colegio de Aínsa. El evento ha sido recibido con gran alborozo por parte de niños y niñas de infantil y primeros cursos de primaria. Papá Noel llegó cargado de monedas de chocolate para repartir entre el público a modo de adelanto de la gran noche del 24.
Además, el famoso personaje desentrañó numerosos secretos que los pajaritos le habían contado y les hizo prometer que ayudarían más en casa, compartirían los juguetes en el recreo y se divertirían mucho durante las vacaciones. Algunos de los participantes, temerosos de que Papá Noel se despistara con tanto trabajo pendiente, le recordaron sus direcciones de casa, y a petición de las maestras, dado que por la pandemia no pudieron acercarse al viejo grandullón, guardaron en sus manos un beso para lanzárselo desde sus asientos. En definitiva risas, solicitudes de última hora y esperanza en una jornada atípica tras la que Papá Noel, fiel a sus costumbres, desapareció sin dejar rastro. Ni tan siquiera la estela del trineo surcando el cielo del Pirineo Aragonés, a pesar de que muchos sucumbieron a la tentación de buscar infructuosamente la pista de su próximo destino.