Alto Aragón

Abrazando el futuro: nuevos canales, misma esencia

El afán de servicio ha llevado a El Cruzado Aragonés a afrontar un ejercicio de reflexión y análisis estratégico para buscar un valor añadido

El Cruzado
04 noviembre 2021

Si un periódico puede considerarse único cuando, junto a la calidad de sus firmas e informaciones, logra convertirse en un ritual, en una costumbre que se transmite de generación en generación, El Cruzado Aragonés es, sin duda, una cabecera emblemática. Desde su fundación en 1903 ha ido adaptándose a los tiempos, pero su misión ha permanecido invariable como medio “al servicio de las gentes del Alto Aragón; difundiendo la noticia, compartiendo juicios de valor y buscando soluciones a las necesidades; inspirándose siempre en los principios que dimanan de la fe cristiana”.  

El camino no ha estado exento de obstáculos. Sin embargo, con el apoyo de suscriptores, lectores y anunciantes El Cruzado Aragonés –uno de los medios decanos de la prensa aragonesa– ha conseguido superar los avatares de la historia con un liderazgo que le ha llevado a asumir reivindicaciones de gran trascendencia para el Alto Aragón, como el desarrollo de las comunicaciones por carretera o el impulso de los riegos en la región. Y lo ha hecho, como recogen sus estatutos, con “libertad e independencia, ejercitando los principios de igualdad y pluralismo que corresponden a la búsqueda de la objetividad informativa puesta al servicio de los lectores”. 

Ese afán de servicio es precisamente lo que llevó al medio, a comienzos de 2020, a afrontar un ejercicio de reflexión y análisis estratégico para delinear El Cruzado Aragonés del siglo XXI. Ello condujo, entre otras cosas, a someterse al criterio de la audiencia y de los anunciantes, con una consulta abierta que puso de relieve el buen posicionamiento y la reputación del medio, pero que también expuso la necesidad de adaptarse al ecosistema informativo actual, con una presencia firme y decidida en las “calles digitales”.  

El Cruzado Aragonés podría haber seguido funcionando sin introducir grandes cambios, dada la situación actual de la industria mediática, que no ha encontrado un claro modelo de negocio y que navega con más incertidumbre que certezas. En cambio, aun teniendo garantizado el futuro más próximo, el Patronato decidió acometer una operación de calado en busca de nuevo valor añadido, combinando lo mejor de su tradición con los recursos comunicativos más vanguardistas. 

Refundación

El resultado es, prácticamente, una refundación. Consciente de que hoy un medio tradicional no es suficiente para llevar a la práctica su misión, El Cruzado Aragonés mantiene su semanario impreso, como hasta la fecha, pero completamente renovado, y suma dos canales llenos de potencialidades: las plataformas digitales y una estrategia de eventos aglutinadores de la ciudadanía.  De esta forma,  el nuevo Cruzado aspira a ser relevante y tener presencia pública no solo a través de su edición impresa, que le aporta una presencia y visibilidad semanal poco corriente en el mercado actual, sino también en los nuevos areópagos en los que se propone y difunde la cultura contemporánea, congregando a sectores de la sociedad para el análisis, debate y propuestas de solución a las distintas cuestiones abordadas periodísticamente. En este sentido, El Cruzado quiere constituirse en punto de encuentro de visiones diferentes, en vehículo facilitador de la escucha y del diálogo, en catalizador de iniciativas. 

La propuesta del canal ‘Eventos’ de El Cruzado va más allá: pretende involucrar a la sociedad –a toda la sociedad– en el conocimiento de los temas, en su abordaje y en su sensibilización desde el convencimiento de que eso facilitará después el diálogo entre posiciones diferentes y, al final, el consenso a la hora de proponer soluciones de mejora. Una apuesta que requiere aliados de los sectores público y privado, en busca del bien común, así como de particulares dispuestos a “construir sociedad”.  

Mirada al futuro

A comienzos de 2018, coincidiendo con el 115 aniversario de El Cruzado y la edición del ejemplar número 5.000, el obispo Ángel Pérez Pueyo publicó una carta pastoral en la que, de manera premonitoria, enumeraba tres desafíos irrenunciables: mantener una línea editorial nítida e independiente; llegar a las nuevas generaciones; y contribuir al proyecto “humanizador-divinizador” diocesano, para que todos los hijos del Alto Aragón puedan “poner al común lo mejor de sí mismos”. 

En dicha carta, monseñor Pérez Pueyo miraba por el retrovisor, consciente de la necesidad de conocer el pasado para comprender el presente y construir el futuro. “Si largo y, a veces, tortuoso ha sido el trayecto recorrido, más fecundo, si cabe, tiene que ser el camino que nos queda por recorrer”, apuntaba unos días antes de cumplirse los tres años de su ordenación episcopal, con el deseo de “tener la audacia que tuvo hace 65 años Mons. Pedro Cantero Cuadrado, obispo de la diócesis, además de periodista, de reabrir la segunda época de El Cruzado Aragonés”. 

Hoy se abre la tercera época, signo de un dinamismo que renueva y revitaliza. En esta nueva etapa, además, El Cruzado rompe la barrera comarcal y llega a todos los rincones del Somontano, Sobrarbe, Ribagorza, Cinca Medio, Bajo Cinca y La Litera, es decir, a todas las comarcas de la Diócesis de Barbastro-Monzón. 

El Cruzado Aragonés quiere seguir tendiendo puentes con la sociedad en este tiempo y lugar, siendo, en la práctica, el “atrio de los gentiles” que proponía Benedicto XVI y “mensajero de esperanza”, como pide el Papa Francisco. Un lugar de encuentro, diálogo y acción para todo aquel que se haga preguntas acerca del sentido de la vida. En definitiva, una ventana abierta al mundo, a la cultura contemporánea y a las voces que ahí resuenan

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