Desde aquel nacimiento que se instaló en la Capilla de Santa Ana de la plaza del Mercado de Barbastro, Anselmo Suñé e Inma Brau viven las Navidades a caballo entre la familia y su belén tradicional. Al cumplirse 25 años, Brau reconoce que han llegado a esta fecha «muy satisfechos». No obstante, no habla sólo de su dedicación inquebrantable sino «del sacrificio y del apoyo que también ha hecho nuestra familia». Por ello, no abrirán ni el 24, ni el 31 de diciembre «para disfrutar más con los nuestros».
En un montaje que se renueva cada año, esta vez la novedad pasa por el incremento de cascadas (de una a dos). La incorporación de un lago y ofrecer una cueva a través de la cual se observa cómo discurre el río. «Si ya es complicado un mecanismo de agua… imagínate dos», puntualiza Brau.
Además, han instalado un buzón real para que los niños puedan confiar sus cartas a los Reyes Magos «como se comprenderá, mantenemos una relación estrecha con sus Majestades de Oriente». Cada año pasan por estas instalaciones de la calle Santa Teresa de Jornet unas 2.000 personas. Ellos forman parte de la Ruta del Belén de Aragón «que va a más y da una gran visibilidad al belén y a los pueblos pequeños».







