El director general de ANICIE (Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España), Giuseppe Aloisio, participó en una de las mesas redondas de FERMA. En ella, se abordó qué tipo de información recibe el consumidor sobre esta comida básica. En los últimos años, se ha desatado un aluvión de noticias críticas no sólo contra el sector cárnico y su modo de producción sino también contra el propio alimento. Y así, la carne, se encuentra sometida desde hace algún tiempo a controversia y descrédito.
Para Aloisio, ha habido cosas que se han dejado de hacer. “El sector se ha dedicado solo a trabajar durante años. De tal modo que, si tú no hablas, otros lo hacen por ti. Y cabe la posibilidad de que lo que cuenten no se ajuste a la verdad”. El lobby antianimalista está llevando la atención hacia otras fuentes de proteína. “Nos encontramos en una batalla mundial por el control de la proteína”, explica. “Y, en un conflicto, como decía el canciller von Bismarck, la primera víctima siempre es la verdad”. Así, hizo referencia a la desinformación. “No cabe duda de que este fenómeno está presente en nuestras vidas. Las redes sociales han contribuido a amplificarlas, sirviendo de altavoces y motor de aceleración».
En estas circunstancias, en abril de 2024, se publicó el resultado de un estudio que llevaron a cabo la Universidad de Dublín junto a MyFitnessPal, una aplicación de nutrición. El resultado indicaba que un 87 % de estos jóvenes encuestados (de varios países) recurrían a TikTok en busca de orientación en temas relacionados con la nutrición y la salud. Pero que sólo el 2 % de estos consejos que se dan en esta red social coinciden con las directrices de salud pública y nutrición que cuentan con un respaldo científico.
En la mesa de debate se hizo un llamamiento a ser críticos y a preguntarse por los intereses que esconden muchas mentiras que se difunden por los medios y las redes. En este escenario se recomendó seguir la pista del dinero, de los fondos de inversión y de las decisiones que toman.
Las palabras importan
La lucha contra la desinformación también se libra en las palabras y el lenguaje. Así el miércoles 8 de octubre el Parlamento Europeo decidió prohibir el uso de términos como hamburguesa o salchichas a los productos veganos. Aloiso lo resume de esta manera: “En los supermercados debería existir un lineal de los productos de la hipocresía. Estos productos no pueden denominarse así por sentido común porque no contienen carne y las cosas se deben llamar por su nombre. Mantienen un discurso de que sacrificar animales es anti-ético. Que comer carne es perjudicial para él y para el planeta. Demonizan la carne pero, a la hora de comercializarlas, usan términos como hamburguesas o salchichas”.
Y explica que si un productor añade conservantes a la carne picada de la hamburguesa ya no se puede llamar así sino “burguer meat”. Por el contrario, un producto vegetal elaborado como un extrusionado cilíndrico de lentejas, soja y repleto de conservantes, gelificantes, espesantes… sí lo llaman así. «No tiene sentido”.
La propuesta incluía además una lista de 29 términos prohibidos para los productos vegetarianos o veganos, entre ellos «ternera», «pollo», «tocino», «costillas», «alas» y «pechuga». El Parlamento ya había intentado una medida similar en 2020, durante los debates sobre la reforma de la Política Agraria Común. Sin embargo, la propuesta fue finalmente retirada. Ahora, y aunque el documento aún debe ser confirmado en el Consejo por los gobiernos de los países miembros, parece que va a salir adelante.







