El sábado 4 de octubre, la sección de montañismo de Montañeros de Aragón de Barbastro llevó a cabo una nueva actividad de descenso de barrancos. En esta ocasión, el grupo eligió el barranco de Sía, también conocido como del Puerto, situado en el término municipal de Yésero. La salida estuvo integrada por tres participantes y un monitor.
La jornada comenzó con la aproximación a pie por una pista que asciende entre pendientes suaves y zonas de bosque, hasta alcanzar una pequeña caseta o refugio que sirve de punto de inicio del recorrido. La subida, de aproximadamente una hora y quince minutos, se realizó con todo el material necesario para la actividad: arneses, cascos, cuerdas y equipos de seguridad.
En ese punto, el grupo se equipó y comenzó el descenso del barranco, un recorrido que atraviesa formaciones sedimentarias y capas de flysch visibles en diferentes orientaciones. En los primeros tramos, según comenta Carlos Mestres, monitor del MAB, las capas aparecen dispuestas de forma horizontal, pero a medida que se avanza, se observan pliegues y ondulaciones que alteran su dirección, llegando incluso a encontrarse dispuestas en vertical. El terreno, compuesto por estas formaciones, exigió una progresión cuidadosa sobre los cantos de las rocas.
Cinco horas y cuarenta y cinco minutos de actividad
Durante el descenso, que se prolongó por un total de cinco horas y cuarenta y cinco minutos, los participantes realizaron diversas maniobras técnicas. Entre ellas, la instalación de un pasamanos recuperable y varios sistemas antiroce para proteger las cuerdas del contacto directo con los bordes afilados de las capas. Estas operaciones incrementaron el tiempo previsto para la actividad, pero permitieron asegurar el avance en condiciones adecuadas.
El grupo evitó entrar en el cauce principal siempre que fue posible, debido a la temperatura baja del agua. La progresión se mantuvo a un ritmo constante y controlado. En la parte final del barranco, las paredes se estrechan y las rocas aparecen cubiertas de musgo, lo que obligó a avanzar por el lecho del río hasta localizar un mojón que señalaba la senda de salida.
El retorno, de aproximadamente treinta minutos, concluyó en el punto donde habían dejado los vehículos. Allí, tras cambiarse y revisar el material, los montañeros dieron por finalizada la actividad sin incidencias, cerrando una jornada de práctica técnica y observación geológica en el entorno de Yésero.