Prácticamente en el mismo año en el que se fundó el Grupo Tradiciones, Elita Davias y María Jesús Sampietro emprendieron una tarea: recuperar el traje del Somontano. Para lograrlo, se recorrieron los pueblos de la comarca para descubrir las prendas antiguas guardadas en los baúles de las casas.
Tras años de búsqueda, encontraron un patrón y una conclusión: «En el Somontano eran sobrias y elegantes, pero muy femeninas», explica Sampietro. Las principales diferencias en el traje de faena del Somontano se centran en los zapatos, la falda, la camisa y el mantón. «Todas las faldas que encontramos durante nuestra búsqueda eran con estampado floral; más grades o más pequeñas, pero con flores. Y de percal, es decir, de algodón», puntualiza Sampietro.
Respecto al justillo, este quedaba más justo debido a que el corte se sitúa en la cintura y la parte de abajo se confeccionaba con palas, aportando un toque «más estético y femenino al cuerpo de la mujer». Una forma a la que también ayudaban las ballenas, una herramienta que antes era de hierro y ahora de plástico y que hace de soporte para darles estructura, rigidez y forma al cuerpo. Respecto al traje de los hombres, una sola diferencia: la gorrinera, una camisa negra suelta, que se ataba a la cintura y que se colocaba encima de todo el traje».
Durante su investigación, todos los mantones que encontraron se habían confeccionado con seda y muy pocos con merino. «Sospechamos que como teníamos a cuatro pasos Fraga, que disponían de mucha seda, les sería más fácil comprar este material», reflexiona Sampietro. Por último, en los pies, llevaban abarcas.
La indumentaria tradicional aragonesa pierde autenticidad
