Normalmente, en este tiempo de verano, los periodistas se quejan de que hay escasez de noticias para rellenar espacios y páginas.

Seguramente este año no tendrán ocasión de lamentarse ya que hay en abundancia: Cristóbal Montoro y Santos Cerdán, además por desgracia de los incendios, están acaparando la actualidad.
Desde hace un tiempo estamos anclados en el “y tú más” que parece no tener fin.

Por lo que parece, lo de Montoro va a animar el morbo, ya de por sí bastante animado en nuestra sociedad. Y es que el tema de enchufes, mordidas, privilegios, donaciones y todo adornado con algo de prostitución; con lo que se sepa de la realidad, con lo que nos imaginemos y con lo que nos inventemos, da para llenar páginas y páginas de periódicos y espacios de tertulias en radio y televisión.
Hace unos días reponían en televisión la película de Joselito “El ruiseñor de las cumbres”. Ya casi al final, el indigente del que se había hecho amigo el niño, le dice que había escogido esa vida de pobreza porque “los hombres se matan por el dinero”.

A poco que analicemos lo que la prensa nos cuenta, veremos que, a pesar de los años, sigue sucediendo lo mismo. Yo diría que no solo por el dinero, sino también por el poder.

Y aunque con el “mal de muchos, consuelo de tontos” no debamos estar de acuerdo, hay que reconocer que todo el mundo está igual, si no, analicemos los objetivos de la guerra en Ucrania o en Gaza y en tantos otros sitios que no salen en las noticias. La lucha por el poder y por el dinero está causando un gran dolor y preocupación en las conciencias sensibles, especialmente de las de los directamente afectados por tanta muerte y destrucción.

Caín y Abel están más presentes que nunca en esta humanidad que, en buena parte, ha perdido los papeles.

Solo nos queda pedir a Dios, que todo lo puede, que “invite” a los responsables de tanto sufrimiento a que reflexionen sobre sus acciones y pongan fin a tanto desastre.

¡Feliz lo que resta de verano!