Acaba de publicarse el informe Digital News Report España 2025, que impulsa el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford y elabora en nuestro país por investigadores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.
El Informe supone un chequeo anual a los medios y audiencias, con tendencias de consumo que resultan útiles para unos y otros. Partimos de «una desconfianza y preocupante evasión informativa que alcanza ya al 37 por ciento de la población», y que es compatible con el reconocimiento del servicio que prestan los medios.
¿Por qué este desinterés, especialmente en los jóvenes? El estudio destaca tres causas: la desconfianza, la sobrecarga informativa y el impacto negativo de las noticias en el estado de ánimo. Creo que estas razones nos afectan a todos, que podemos estar hartos o desconfiados. Pero no es solución: hay que seguir la actualidad a través de medios rigurosos y los medios deben dar contenidos de forma atractiva. Como siempre, la ética, la solvencia, el rigor son exigibles en todo caso. Y también dar enfoques positivos, noticias de la buena gente, contar y destacar lo que construye.
En esta línea, el Informe destaca la credibilidad de la prensa local y regional, y cómo la audiencia se interesa cada vez más por las noticias de proximidad. Según el estudio, destacan sobre todo aquellas informaciones sobre asuntos que nos afectan directamente o que nos ayudan a entender mejor el entorno cotidiano, como los sucesos y accidentes (52 por ciento), las actividades culturales locales (45 por ciento) y los asuntos de servicio público (44 por ciento). En cambio, las noticias sobre política municipal no captan tanta atención: solo un tercio de los encuestados las consulta (33 por ciento). A mí no me parece pequeño ese porcentaje y subrayo el liderazgo de los sucesos: en esto no cambiamos.
Las redes sociales siguen teniendo una relevancia creciente en el mercado de noticias en España, y son la segunda fuente de consulta para informarse. Instagram y TikTok son los canales favoritos en los menores de 24 años. Ninguna plataforma domina claramente ya el mercado, que se concentra en torno a Facebook (24 por ciento), WhatsApp (23 por ciento), X (21 por ciento) y YouTube (19 por ciento).
Al mismo tiempo, las redes sociales son las más señaladas como un canal importante de desinformación y muchos piensan que las propias plataformas deben eliminar las publicaciones falsas o dañinas.
Sigue el altísimo consumo del vídeo informativo, que se consolida como el formato de mayor expansión del entorno digital. También se examina la inteligencia artificial, que se valora positivamente como una herramienta para los periodistas, y ante la que se piden tres cosas: garantías editoriales, transparencia y una supervisión humana que mantenga el control sobre los valores informativos.
Al principio cité la sobrecarga informativa que uno padecería y ante la que se puede reaccionar con un consumo informativo personalizado y adaptado a los intereses de cada uno, lo que resulta sencillo tener ahora como un menú personal. Esto ayuda a gestionar esa sobrecarga, pero a la vez se teme que con esa personalización nos perdamos noticias importantes o que reforcemos visiones parciales o sesgadas del mundo.
Hasta aquí un resumen de un chequeo bien elaborado, con un prestigio consolidado, que merece leerse completo y que pone deberes a todos los actores de este mundo de la comunicación en el que no cabe abstenerse.