En 1944 nace el premio de literatura Nadal de la mano de la editorial Destino. Y en 1952, la editorial Planeta pone en marcha el suyo propio. Nombres que, desde entonces, nos acompañan cada año y nos sirven de guía de hacia dónde se mueve la creación novelística en España, en busca de un equilibrio entre ventas y talento.
Estos certámenes animaron a otros promotores a lanzar sus propias convocatorias. Y aquí aparece el Ciudad de Barbastro. Primero en poesía en el año 1969 y, un año más tarde, se suma el de novela corta, en 1970. Y mientras otras muchas citas literarias se han ido quedando por el camino, el certamen Ciudad de Barbastro ha batido, en la última convocatoria, su propia marca y ha recibido más originales que nunca: 513 en narrativa y 687 poemarios.
La respuesta a que Barbastro conserve y ofrezca el premio de literatura más importante de la comunidad aragonesa se sustenta en varios aspectos. Por un lado, como explica la concejal de Cultura, Pilar Abad «se trata de un compromiso institucional, una apuesta continuada que ha prevalecido a lo largo de las décadas. Todos los ayuntamientos han comprendido su valor. Además, ha contado con innovación y se ha adaptado a los tiempos. Por ejemplo, en pandemia siguió. Y, en los últimos años y para acercarlo al público, se ha creado el festival Barbitania«.
Otro cambio a lo largo de este tiempo viene con la denominación. Ha pasado de llamarse Premio de novela corta Ciudad de Barbastro a Premio internacional de novela, así como el incremento en el número de páginas. «El nombre importa porque añade prestigio y puede suponer más renombre de cara a los ganadores», aclara Abad. «La internacionalización suma y, además, describe a la perfección su proyección ya que desde hace bastantes años llegaban originales desde otros países».
Junto al apoyo institucional, la elección de la editorial también ha contribuido a su expansión. Desde el principio, se encargó la Bruguera, quien con el Ciudad de Barbastro emulaba a Destino y Planeta. La fructífera relación entre Barbastro y Bruguera la rubricaron en 1970 el doctor José Ollé, en aquella época concejal de Barbastro y artífice de los premios, junto a Jorge Gubern, de la casa editorial. La relación duró hasta 1980. Y se apagó por los problemas económicos de la empresa. Una década que asentó al certamen entre los principales de España.
En estos momentos, Galaxia Gutenberg se hace cargo de la publicación de la novela y Visor del poemario. «A las editoriales les gusta trabajar con premios porque les asegura una primera tirada y no perder dinero. El Ayuntamiento se compromete a adquirir un determinado número de ejemplares con los que se cubren gastos. Y, por otro lado, también añade prestigio».
Por supuesto, que de cara a los autores todo influye, como el jurado. Los reputados escritores que eligen al ganador constituyen una pieza clave de todo este proceso. Una tarea que desempeñan sin ningún tipo de injerencias. Se respeta y la transparencia es máxima», añade la concejal de Cultura. Así lo explica María Ángeles Naval, profesora de Literatura en la Universidad de Zaragoza y directora del Festival Barbitania. «El renombre de los jurados, tanto en narrativa como en poesía, otorgan credibilidad y en Barbastro se cuenta con un gran equipo. Además, de la hospitalidad de las gentes del Somontano y del magnífico trato que se les dispensa».
En un año en el que se han remitido 1.100 obras (entre novela y poesía) la tarea de organizar y velar por el cumplimiento de las bases ha supuesto un extraordinario esfuerzo para el personal del Área de Cultura del Ayuntamiento. De hecho, explica Naval «Javier Guirao ejerce de notario. Recibe las obras y se ocupa de que todas ellas cumplan las bases, las clasifica y procesa la información velando por la claridad del proceso. Se desempeña un trabajo muy técnico y laborioso. Y todo el equipo, desde la llegada del original hasta el fallo, cuida el proceso con mimo y exquisitez».
Abad no cree muy probable que este premio pueda quedar desierto debido a la calidad que ya concita. Sobre todo, en poesía. Al certamen de novela concurren nombres que desean labrarse un futuro como escritores. Autores en busca de una palanca de despegue. No obstante, no ocurre de esa forma entre los poemarios puesto que el premio Hermanos Argensola seduce a poetas conocidos que ya cuentan con obras publicadas y el respeto de público y crítica. Como ejemplos recientes encontramos a los últimos galardonados, Antonio Praena o Karmelo C. Iribarren.
El Festival Barbitania
En 2022 se volvió a vivir otro momento de inflexión en la historia del certamen de novela Ciudad de Barbastro y de poesía Hermanos Argensola con la puesta en marcha del festival Barbitania. La concejal Pilar Abad describe este certamen como «una apuesta por amplificar los premios y llegar a más público». Ella confiesa que atraer la atención resulta «una labor complicada que precisa de recursos y márquetin. Por ello, desde el Ayuntamiento y siendo conscientes de nuestros recursos este festival se presenta como una opción magnífica. Ya que muchos de estos escritores vienen hasta aquí como jurado, ¿por qué no escucharlos? ¿Por qué no aprovechar la circunstancia?».
Barbitania, además, aglutinará a célebres plumas del panorama actual. Se estrenan en este festival Juan Manuel de Prada, Luz Gabás o Irene Vallejo. «Algunas de estas gestiones se llevaron a cabo el pasado año porque sus agendas se encuentran a tope», apunta Abad. Una cita, del 15 al 18 de mayo, abierta al público y pensada para disfrutar de la palabra y de las ideas.