Barbastro

Alfredo Sampietro: «Nunca ha sido fácil vivir del arte»

El pintor barbastrense analiza la situación actual de la pintura y reclama una «educación del esfuerzo»

Alfredo Sampietro
Alfredo Sampietro en el recién estrenado taller, lugar donde compone sus obras de pintura. Foto: Adrián Mora
Adrián Mora Mora
04 junio 2022

La trayectoria de Alfredo Sampietro en el mundo de la pintura es poco ortodoxa. Así lo asegura este pintor que hasta los 30 años no recibió una enseñanza como tal, pues tiempo atrás simplemente le había movido su «destreza». Sampietro, pintor contemporáneo, se acercó a Victoria Giné, quien primero le enseñó y luego forjó una relación de amistad hasta su muerte. El barbastrense abrió su página web con una tienda virtual. «Estas empresas son peores que las de los labradores, que a veces recoges o no. Aquí siembras y tienes que ser muy consciente de si crees en ti o no. Necesitas gente que crea en ti», asegura. 

Al cuestionarle la dificultad del arte en general por sobrevivir en el mundo rural, Sampietro deja claro que el lugar no es tanto el problema, sino que resalta la «educación del esfuerzo». Expresa que para él, la «dificultad no está en que vivas en el mundo rural, aunque, evidentemente, si vives en Madrid tienes todo el material más al alcance. Aunque aquí también lo puedes pedir. El problema está en la mentalidad social».

Y a colación resalta la «presencialidad, que requiere el esfuerzo de la gente. Pienso que nos equivocamos en no dar una educación en el esfuerzo. Lo tenemos todo tan fácil… Haces clic, ves un concierto y dices que es un rollo. Quieres ver otra cosa, otro estímulo. La culpa no la tienen las redes, sino la educación de cada uno. Perdemos profundidad y vamos al primer impacto. Valorar una obra de pintura, de cualquier tipo de arte, en el impacto primero, te va a cansar pronto si funcionas así». 

Valorar la pintura 

Otra de las reivindicaciones tiene que ver con valorar el trabajo. Pero hay que partir de una base en la que «nunca ha sido fácil vivir del arte». Aunque parezca que todo el mundo lo reconoce, añade, «no es así». Sampietro dice que «vivir del arte es tan humano como vivir de la carpintería. El artista tiene que comer  y la pintura es un oficio técnico. Quizá ahora se empieza a comprender un poco más». 

Lanza una reflexión –que es una realidad– que ha ido modulándose con el paso de los años debido a la irrupción de las redes sociales: «Antes, cuando el artista tenía que buscar mecenas o alguien que pagara su obra, acudía a los poderosos o los nobles… Ahora tiene que acudir a las redes». No solo para buscar el mecenazgo, sino, como es su caso, para «buscar temas más eternos, como la espiritualidad. Malditas pero benditas redes». 

Cambiando de tercio, el pintor relaciona la crisis y el arte tras vivir, como todos, un par de años de dificultades y dudas por la pandemia. «La crisis está siempre y de ahí salen las novedades. El mundo del arte que no esté cuestionándose, que no esté en crisis, no va a avanzar. La crisis siempre se entiende como algo malo pero es un proceso de cuestionamiento en el que hay algo que criticar, algo que cambiar y avanzar», concluye.

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