Vecinos y autoridades del Bajo Cinca se interesan por la organización de la diócesis. Representantes de la sociedad civil, numerosos fieles y agentes de pastoral acudieron el pasado 3 de diciembre a la presentación de la reestructuración geográfica y pastoral de Barbastro-Monzón en Fraga. Los desafíos demográficos y territoriales de la parte oriental de la provincia y los retos de la Iglesia en el siglo XXI protagonizaron el encuentro. Una cita muy valorada por los asistentes.
El párroco-moderador de la Unidad Pastoral, José Huerva, realizó una aplaudida reflexión sobre la necesidad de afrontar de forma coordinada la evangelización en la nueva realidad. Cambios tanto sociales como eclesiales, y regresar a una Iglesia «más mística», con mayor protagonismo de la eucaristía. El también arcipreste del Bajo Cinca habló de la puesta en marcha del consejo de la unidad, de la coordinación sacerdotal y los animadores de la comunidad para estar presentes en sus 19 parroquias.
Por su parte, el matrimonio de animadores de la Comunidad, Carmen Ortiga y José Luis Pérez, compartieron su compromiso. Esta labor y este entusiasmo está resultando vital. Y resulta una característica de esta diócesis. «La vida cristiana no es individualista sino comunitaria», subrayó Ortiga. Y evocó a los primeros cristianos y como Pérez se refirió a san Juan Pablo II. El papa polaco, en su directorio de 1988 habla de «en ausencia de presbítero» para regular la celebraciones que el obispo considerara.
Finalmente, la voluntaria de Mercedes Britian, explicó cómo nació y cómo funciona el complejo de viviendas para trabajadores temporales Clara Campoamor. Entraron en servicio en la campaña 2024. Las casitas de temporeros, que impulsó la Fundación Reina Sofía, funcionan con la coordinación de todas las administraciones y están gestionadas por Cáritas. Se trata de una respuesta a la realidad de inmigración y falta de vivienda.
Las palabras del vicario de Pastoral, la secretaria canciller y la ecónoma. Junto a la delegada de Celebración y la responsable de Medios sirvieron para desgranar la realidad de la diócesis que se mueve para seguir el mensaje evangélico y contribuir a «que nadie se pierda».







