Barbastro

Lucía Gamisel y su compromiso con los más pequeños

La joven barbastrense es voluntaria en las Colonias Urbanas de Cáritas Barbastro

Lucía Gamisel en un aula de Cáritas
Pablo Alvira Fuertes Alvira Fuertes
16 julio 2021

Durante el verano siempre le ha gustado ayudar en campamentos, colonias y dar apoyo en clases de refuerzo. Aunque estudia una materia completamente diferente, Lucía Gamisel siempre ha estado rodeada de niños y niñas. Desde siempre le ha gustado cuidar a los pequeños de su barrio. Ahora, Lucía da clases de apoyo a los que acuden cada mañana de julio a las Colonias Urbanas en Cáritas Barbastro. Ahí reciben refuerzos, ayuda y, además, realizan actividades con una temática semanal.

Desde el 5 hasta el 29 de julio, en la sede de Barbastro, ofrecen formación a niños y niñas de entre 6 a 12 años teniendo en cuenta su situación personal, social y cultural. Acompañan y apoyan el proceso de aprendizaje. «Dividimos la mañana en dos. Por ejemplo, hay niños de cinco años que necesitan refuerzo para aprender a leer y escribir, y otros más mayores necesitan mejorar las tablas de multiplicar. Y después las actividades temáticas», indica Gamisel. El programa engloba desde talleres y visitas a lugares de interés, hasta teatros, festivales de música y deportes de interior y exterior.

Refuerzo y diversión

El objetivo es acompañar individualmente en el apoyo didáctico, fomentar la adquisición de técnicas de estudio y reforzar el contacto con las familias. A día de hoy, ocupan dos aulas; una de 13 y otra de 12 niños. Esta semana, como actividad, los alumnos fueron al parque de La Mina e hicieron un circuito con varias pruebas. «Hay otros días que ellos mismos se inventan los juegos, cantamos canciones o vemos películas que tengan que ver con el tema de la semana», añade.

Taller de cocina en las Colonias Urbanas

Señala que preparan las actividades con valores humanos y de convivencia, por ejemplo les enseñan a reciclar, «para que no se quede en un juego y ya porque para jugar lo pueden hacer en su casa». «A los niños y niñas les encanta. Ellos mismos te piden más. Quieren pasar todo el día y toda la semana con nosotras pero, por desgracia, no se puede», indica la barbastrense.

Una gran responsabilidad

Tanta es la vocación de Lucía por los niños y niñas que está de voluntaria en Cáritas Barbastro. No obstante, tiene pendiente la parte práctica del curso de monitora de tiempo libre para ir a campamentos o colonias. «Lo hago porque me gusta. Estudio diseño de interiores y no tiene nada que ver, pero es que siempre me han gustado los campamentos y los niños. Me parece algo muy bonito y ahora es muy necesario», explica.

Para Lucía es «una gran responsabilidad que al principio asusta un poco», porque se trata de dar confianza a los alumnos y alumnas de cara al curso que viene. «Lo que me encanta es que yo les doy pero ellos siempre me dan más. Les intentas ofrecer nuevos conocimientos o ayuda y ellos te lo devuelven casi sin saberlo. Siempre me vuelvo a casa con una sonrisa y llena de dibujos que me hacen. Es algo muy recíproco y quedo muy satisfecha«, explica.

Por último, la joven bromea valorando el trabajo de los que se dedican plenamente a la educación de los más pequeños. «Admiro a la gente que estudia magisterio porque todos los días tiene que estar pendiente de lo que hacen los niños y niñas. Yo me agobiaría. Hago esto porque sé que es un mes o dos pero valoro mucho el trabajo que hacen los profesores. Sería la única pega porque el resto de cosas buenas te lo compensa«, concluye.

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